Mi amiga Ana me trajo los restos de un collar que en una vida anterior tuvo que ser precioso pero que el destino quiso que no terminara bien(ya os podeis imaginar...roto...y con la mitad de las piezas)asi que me lo trajo para ver si podia sacar algo de lo que quedaba.Era una lástima no darle una segunda oportunidad ya que son unas piedras de un blanco inmaculado y como la gota era bastante grande y pesada se me ocurrió montarselo en hilo de acero,como las cuentas eran muy poquitas y a ella le gustan los collares largos lo coloque asi,sujetandolas en grupo mediante una chafa asi de paso si se le vuelve a partir no perderá tantas piedras. Imagino que ahora ya si se lo pondrá...
